Uso de pantallas en la cama eleva un 59 % el riesgo de insomnio
Un estudio noruego publicado hoy en Frontiers in Psychiatry revela que usar pantallas una hora en la cama aumenta un 59 % el riesgo de insomnio y recorta el sueño en 24 minutos por noche. Basado en una encuesta a 45.202 jóvenes, el análisis muestra que las notificaciones y la luz de los dispositivos afectan el descanso. Expertos recomiendan bajar el brillo y limitar el uso nocturno para mejorar la salud mental y el bienestar.
Un análisis en Noruega revela que una hora de pantalla antes de dormir acorta el sueño en 24 minutos y afecta la salud mental. Conoce los detalles.
Un estudio publicado este lunes (31.03.2025) en Frontiers in Psychiatry advierte sobre los efectos del uso de pantallas en la cama. Basado en una encuesta a 45.202 jóvenes noruegos, los resultados muestran que una hora frente a un dispositivo antes de dormir incrementa en un 59 % las probabilidades de insomnio y reduce el descanso nocturno en un promedio de 24 minutos. Dormir bien es esencial para el bienestar físico y mental, pero este hábito, cada vez más común, lo pone en riesgo.
Los investigadores, liderados por Gunnhild Johnsen Hjetland del Instituto Noruego de Salud Pública, analizaron datos de la Encuesta de Salud y Bienestar de Estudiantes 2022. Los participantes, de entre 18 y 28 años, reportaron sus rutinas nocturnas, incluyendo el tiempo dedicado a pantallas y las actividades realizadas, como navegar en redes sociales, ver series o estudiar. Contrario a lo que se suele pensar, el tipo de actividad no influye más que el tiempo total de exposición.
¿Por qué las pantallas alteran el sueño?
El estudio identifica cuatro formas en que las pantallas afectan el descanso: las notificaciones interrumpen, el tiempo frente al dispositivo reemplaza las horas de sueño, las actividades retrasan la conciliación del sueño y la luz emitida altera los ritmos circadianos. Aunque se cree que la luz azul es la principal culpable, los autores aclaran que su impacto es menor de lo esperado. Reducir el brillo o el tiempo de uso resulta más efectivo que filtros o gafas especiales.
Hjetland destaca que el problema es especialmente relevante entre estudiantes, dado que el insomnio frecuente se asocia con menor rendimiento académico y problemas de salud mental. Aunque el estudio no establece causalidad —es decir, si las pantallas provocan insomnio o si quienes ya lo padecen las usan más—, subraya la necesidad de limitar su uso nocturno. Colocar el teléfono en modo «no molestar» y establecer horarios claros para desconectar son medidas prácticas recomendadas.
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