A 30 años del último partido de Maradona en la Selección: la historia detrás de la enfermera que lo llevó al control antidoping
Hace tres décadas, el 25 de junio de 1994, la Selección Argentina protagonizaba un emocionante encuentro contra Nigeria en el marco del Mundial de Estados Unidos 1994. Con dos goles de Claudio Caniggia, el equipo nacional se llevaba la victoria por 2 a 1 en el Foxboro Stadium de Boston. Sin embargo, ese partido quedó marcado por un momento que trascendería el deporte para convertirse en una icónica imagen: Diego Armando Maradona, acompañado de una enfermera, se dirigía hacia el control antidoping, desconociendo que aquel sería su último partido vistiendo la camiseta argentina.
La figura de la enfermera, identificada como Sue Ellen Carpenter, se entrelazó con la historia de Maradona de una manera inesperada. En medio de la euforia por la victoria, fue ella quien lo acompañó al control, una tarea rutinaria en cualquier evento deportivo de tal magnitud. Sin embargo, para Maradona, quien ya había pasado por situaciones tumultuosas en su carrera, este acto se convertiría en el epílogo involuntario de su carrera internacional.
Roberto Peidró, médico de la selección argentina en ese entonces, recordó cómo se gestó ese momento icónico. «Diego estaba en su mejor momento en Boston», relató Peidró, quien también había tenido una trayectoria en el fútbol antes de convertirse en cardiólogo. «Fue una experiencia inolvidable acompañar a Maradona, quien mostraba una felicidad genuina, ajena al dramatismo que se avecinaba», agregó.
Carpenter, por su parte, una profesional de la medicina especializada en endocrinología, se vio repentinamente en el centro de la atención mediática mundial. Su presencia al lado de Maradona, en una tarea administrativa y protocolar, la convirtió en parte de una fotografía que sería recordada por décadas en el ámbito futbolístico argentino.
El incidente del control antidoping resultó en un giro desafortunado para Maradona y su carrera. Se detectaron sustancias prohibidas en su organismo, lo cual desencadenó una serie de eventos legales y deportivos que lo apartaron del Mundial y dejaron una mancha en su legado deportivo. «Me cortaron las piernas», expresó Maradona en aquel entonces, reflejando la decepción y la impotencia ante lo ocurrido.
Treinta años después, Peidró y Carpenter continúan ejerciendo la medicina, alejados de los reflectores del fútbol pero llevando consigo aquel recuerdo imborrable. La imagen de Maradona y la enfermera, simbolizando el contraste entre la gloria deportiva y las complejidades fuera del campo, sigue resonando en la memoria colectiva del fútbol argentino.
El legado de Maradona, marcado por momentos de genialidad y controversia, encuentra en aquel último partido con la selección argentina un capítulo melancólico y definitivo. La figura de la enfermera, capturada en una fotografía que trascendió fronteras, sirve como recordatorio de cómo el destino puede tejer historias impredecibles incluso en el deporte más apasionante del mundo.
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