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El femicidio de sus hermanas y el reclamo de justicia las unió en una amistad inquebrantable

Rita Verón y Karina Silguero se hicieron amigas en el momento menos pensado, en un lugar no querido y en una situación dolorosa y trágica: sus hermanas fueron víctimas de sendos femicidios en Corrientes y el dolor y la búsqueda de justicia las volvió inseparables.

La amistad de estas dos mujeres, ambas menores que sus hermanas asesinadas, nació entre carteles y marchas y aún continúa en la «contención y el afecto» y con más reclamos de justicia por uno de los asesinos que sigue prófugo.

Rita y su familia lograron la anhelada justicia con la condena a prisión perpetua del femicida de Elisabeth «Eli» Verón, pero Karina hace cinco años espera la captura del asesino de Sandra, a quien asesinó de 105 puñaladas para luego escapar.

Fue en la marcha por el «Ni una Menos» de 2015 en la capital de Corrientes donde se vieron por primera vez, relataron las amigas reunidas por Télam y brindaron detalles de la lucha que las une, frustraciones, dolores, impotencia, además del amor y solidaridad de tantos otros.

En marzo de ese año, culminó el juicio que condenó a Adrián Sosa García a prisión perpetua por el femicidio de Eli Verón y ese mismo mes, también de 2015, Daniel Borlicher, le arrebató la vida a Sandra, madre de sus hijos, con ensañamiento.

«Llegué a la marcha con mi cartelito, con la foto de mi hermana, nunca pensé que iba a estar ahí y recuerdo que lo único que hacía era llorar», contó Karina a Télam.

Agregó que tuvieron el apoyo de organizaciones y colectivos de mujeres «y hacíamos lo único que se podía hacer, pedir la búsqueda efectiva del asesino de mi hermana», dijo.

«Perdimos a una hermana y toda nuestra vida cambió», coincidió Rita hablando también por Karina porque ambas se convirtieron, de un día para el otro, en casi madres de sus sobrinos y se calzaron la causa al hombro.

Fueron la cara visible de los reclamos, fueron a los medios y tomaron el micrófono en las marchas y después acompañaron a otras familias que también sufrieron pérdidas por violencia de género.

Elisabeth «Eli» Verón era la hermana de Rita y Adrián Sosa García su pareja por un año, el femicida que le quitó la vida y que en marzo de 2015 fue condenado por el Tribunal Oral Nº1 a purgar una pena de prisión perpetua.

Rita detalló en diálogo con Télam que el médico forense declaró en el juicio que Eli tenía 50 golpes en la cabeza. Fue internada en grave estado y a los 50 días murió en el hospital Escuela «General San Martín» de la capital de Corrientes.

Eli era su hermana mayor, tenía 38 años, una hija de 16 y trabajaba en la administración pública.

El crimen de Elizabet Verón fue bandera en gran cantidad de marchas en Corrientes ya que representó la primera condena por femicidio en la provincia tras la incorporación de esa figura penal como agravante del homicidio, un avance en la ampliación de los derechos de las mujeres.

«El dolor no se apagó con la condena, siguió con la ausencia y viendo la tristeza que sentía mi sobrina, que se quedó sin madre», se lamentó Rita.

Por su parte, Karina Silguero contó a Télam que su hermana Sandra tenía 46 años y estaba casada desde hace 25 con Daniel Borlicher, con quien tuvo dos hijos, una nena y un varón que hoy ya son mayores de edad.

«Su hija, que en ese momento tenía 12 años, encontró a su madre ensangrentada y sin vida en su habitación. Borlicher la había matado de 105 puñaladas», recordó.

Dijo además que la autopsia, además de revelar el número de puñaladas, determinó que Daniel Borlicher utilizó para el crimen «un arma punzante y destornillador».

«Esa misma madrugada se fugó y nadie supo más de él, dicen que lo están buscando, se comenta que está en Paraguay y hay quienes dicen haberlo visto en Corrientes», anumeró Karina.

Señaló también que «permanece vigente la recompensa de 500 mil pesos del Ministerio del Interior para quién aporte datos sobre su paradero».

Las amigas también peregrinaron la búsqueda del asesino, «porque sentíamos que no se estaba haciendo lo suficiente para encontrarlo», dijo.

«Es larga esta lucha, primero pedimos al Estado nacional la recompensa y lo logramos y después hasta viajamos nosotras con nuestros propios medios a Posadas, a Formosa, a Encarnación y a Alberdi (Paraguay) para pegar carteles con la cara de Borlicher y fuimos a los medios».

Rita y Karina llevan más de cinco años de amistad y confiesan: «Somos amigas, nos unió el gran dolor de haber perdido una hermana y la necesidad de que se haga justicia».

Karina asegura que, transcurridos los años, además de la pérdida, tienen en común otras cosas: «Nos juntamos, salimos a cenar y nos contamos otras cosas, compartimos mucho».

Rita destaca que en la tragedia, ella y su familia lograron que se haga justicia: «Me queda la resignación y el dolor, pero ahora luchamos para que Karina y toda la familia de Sandra logren justicia».

«Nuestro objetivo ahora es ese, que se haga justicia, que se encuentre al femicida Daniel Borlicher, prófugo hace más de cinco años», concluyeron las amigas correntinas.

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